Esta foto es del invierno pasado, antes de que cayera una buena granizada, mirando mi jardín a través de la ventana.
El fin de semana ha estado lloviendo casi todo el tiempo y cuando no ha llovido ha hecho mucho viento, tan sólo las pocas horas del mediodía han sido de sol, un sol ténue, débil, pero que se agradece cuando las temperaturas son bajas.
No muy lejos de aquí, en el Montseny ha nevado.
El fin de semana ha estado lloviendo casi todo el tiempo y cuando no ha llovido ha hecho mucho viento, tan sólo las pocas horas del mediodía han sido de sol, un sol ténue, débil, pero que se agradece cuando las temperaturas son bajas.
No muy lejos de aquí, en el Montseny ha nevado.
Y es que es normal que sea así, es invierno, el único inconveniente es no poder disfrutar del jardín ni poder hacer tareas en él, pero por lo demás ¡bienvenida sea la lluvia!
Las suculentas, como este Kalanchoe que ya empieza a florecer, se ponen con las hojas oscuras.
Y al Durillo (Viburnum tinus, L.) que también empieza su floración, le sienta fenomenal esta lluvia.
Todo es cuestión de que no hayan heladas o granizadas fuertes, mientras tanto, estamos en tiempo de espera a que todo se renueve y venga de nuevo el buen tiempo.
Yo las llamo así, porque me encantan, tienen el color que más me gusta y son unas auténticas supervivientes en mi jardín. Hoy os quiero alegrar el día con ellas.
Las margaritas blancas (Argyranthemum frutescens) de las que ya os he hablado en varias ocasiones.
De las primeras que tuve ya he obtenido otras tres matas más, con esquejes de brotes tiernos que planto en una maceta nueva, así las voy multiplicando y puedo seguir disfrutando de ellas todo el año, porque no paran de florecer gracias al buen clima de la zona.
Ahora que tenemos esta ola de frío en todo el país espero que sigan resistiendo, como hicieron el año pasado que resisitieron como unas jabatas incluso a una granizada.
Da gusto verlas bajo los rayos del sol del mediodía y animarse con ellas en estos días fríos de invierno.
El Lentisco (Pistacia lentiscus, L.) ahora está en su mejor momento, cuando tiene los frutos, unas bayas rojas que se volverán casi negras al madurar.
Ya os hablé de este árbol, podéis obtener más información : Lentisco
Sus frutos no sé si se pueden consumir. Yo no los he probado, los dejo para que los pajarillos los tengan como alimento durante el invierno.
Se recolectan al principio del invierno, cuando están rojos y se ponen inmediatamente a macerar durante cierto tiempo, para extraer las semillas de su interior. Éstas se secan al aire y se almacenan en envases herméticos, después deberán ser hidratadas antes de proceder a su plantación.
Su cultivo se destina para restauraciones forestales y para uso ornamental.
No he leído nada sobre su consumo, exceptuando que en la isla griega de Quío se cultiva para la elaboración de un licor, el ouzo, aromatizado con la resina del lentisco, semillas de anís y otras especias como coriandro, clavo o canela.
De las tres lavandas que hay en Botànic Serrat, una de ellas florece en invierno, si bien puede hacerlo durante todo el año si las condiciones climatológicas son favorables.
Se trata de la Lavandula dentata, L. conocida comúnmente como Espliego dentado, espliego de jardín, alhucena rizada o cantueso rizado.
* Más información : Espliego dentado (Lavandula dentata, L.)
Todos conocemos, más o menos, las propiedades aromáticas y medicinales de la lavanda, no así sobre sus aplicaciones culinarias, que las tiene.
Os traigo algunas de ellas:
- En combinación con otras hierbas como el hinojo, el orégano o el romero, la lavanda aporta aroma y sabor a los guisos de carne y las cremas o sopas.
- En repostería también cumple la misión de aportar aroma a pasteles, galletas, flanes y helados.
- Se puede obtener una infusión deliciosa con sus flores, secas o frescas y que además aporta sus beneficios medicinales como antiséptico, relajante y digestivo.
- La miel de lavanda es, además de rica, muy perfumada y de sabor intenso.
Esta pequeña araña que encontré en mi jardín
se llama Argiope trifasciata, pertenece a la familia Araneidae y es cosmopolita, aunque en Europa sólo
se encuentra en la Península Ibérica, Madeira y las Islas Canarias.
Se conoce comúnmente como araña bandeada, araña
de jardín bandeada o araña avispa, por las bandas amarillas, negras y plateadas
que presenta en el abdomen, siendo las de color negro
mayores que las otras. Las patas también tienen franjas negras y amarillas atigresadas y el cuerpo presenta un dibujo también de ambos colores.
Es fácil confundirla con la araña tigre
(Argiope bruennichi) porque son muy similares, la diferencia es que esta araña
no tiene las franjas amarillas y negras tan intensas de color como las de la
tigre.
Las hembras tienen un tamaño considerablemente
mayor que los machos, por lo que si éstos no quieren ser devorados por las
hembras deberán esperar el momento oportuno para fecundarlas.
Con una sola inseminación
es capaz de poner varias puestas, cuyos huevos deposita en el suelo camuflados
entre la vegetación y que producen un gran número de pequeñas arañas.
Hace una tela grande, de hasta 6 metros de
diámetro y su hilo es uno de los más resistentes. Esa tela tiene forma de
zig-zag, llamada stabilimentum y se cree que tiene la utilidad de detectar la
vibración de los hilos cuando una presa ha caído en la telaraña. Como todas las
arañas, inmoviliza a la presa con su veneno y luego la envuelve en seda para sorberla
después.
Es beneficiosa para el jardín porque se
alimenta de moscas, mosquitos y otros pequeños insectos y es raro que atrapen
abejas.
Celtis australis, L.
Encontré el mes pasado este árbol paseando por los alrededores de mi jardín, se trata del Almez o Latonero (Celtis australis, L.) ya casi desprovisto de hojas y con los frutos maduros.
Celtis australis, L. pertenece a la familia
Ulmaceae, su nombre vernáculo proviene del árabe-hispano que significa árbol,
mientras que celtis deriva del latín, haciendo referencia al lotus y el epíteto
denomina su procedencia del sur.
Es nativo de la Cuenca Mediterránea y Europa
central, aunque cultivado en todo el mundo como árbol ornamental en parques y
jardines o alineaciones en calles por su tolerancia a la contaminación o para
elaborar, con su madera flexible, herramientas agrícolas o pipas de fumar.
Es un árbol caducifolio, de tronco recto y
corteza lisa y gris, de copa redonda y ancha, que puede llegar a alcanzar hasta
20-25 metros de altura.
Hojas alternas, pecioladas, ovo-lanceoladas y
levemente aserradas, terminadas con una punta larga y curvada, de color verde
oscuro por el haz y algo más claro por el envés,
Flores pentámeras, de color amarillo-verdoso
e inconspicuas, es decir poco aparentes, sin pétalos y formadas por 5 sépalos
caducos.
Fruto en drupas carnosas, comestibles y de
sabor agradable en estado maduro, llamado almez, almecina o latón.
Progresivamente pasan del verde, amarillo, azulado y negro en su proceso de
maduración.
Se multiplica por semillas, de forma natural
en barrancos, laderas y zonas alejadas de ríos y arroyos en bosques de alamedas
y olmedas de climas templados con suelos sueltos o pedregosos, incluso calizos.
Tiene propiedades medicinales ya que contiene
taninos y mucílagos.
De los frutos maduros, ricos en vitamina C,
hierro y potasio, se elaboran excelentes compotas y mermeladas.
El rincón de los cactus ha ido creciendo a medida que ha pasado el tiempo desde que lo pusimos, en Mayo del 2014. Y es que los cactus crecen, poco, pero crecen y llega un momento en que hay que volver a plantear el espacio, cambiarlos a contenedores más grandes o a otro lugar.
Botànic Serrat, rincón de cactus en Mayo 2014 |
Este es el aspecto que tenía al principio y como se puede obsevar el Aloe vera ha crecido y en especial la Opuntia manocantha, que en la primera foto está arriba al fondo y en esta abajo a la izquierda ¡ha crecido mucho!
El departamento de la derecha de la foto anterior también está ahora sin apenas espacio, con todas las plantitas abarrotadas, incluso otras diferentes, como esa crásula pino (Crassula tetragona) que planté en otra ocasión.
El Echinopsis calochlora se ha reproducido, de dos pequeños cáctus que me regalaron he conseguido tres macetas más llenas de hijuelos alrededor, lo que significa que hay que separarlos en otras tantas macetas. Este cactus hace unas flores increíbles, más grandes que el propio cactus y que podéis verlas aquí : Echinopsis en flor.
Aquí vemos otra vez a Echinopsis calochlora en primer plano y atrás el Cereus uruguayanus vsar.monstrosus, con un color amarronado por el frío, también más grande y alto, pero del que aún no he tenido la suerte de ver florecer, así que voy a tener que dividirlo a ver si florece esta primavera.
También el Aloe brevifolia conocido como "diente de cocodrilo" está desbordado en la maceta en la que estaba y que además compartía con un esqueje de Kalanchoe daigremontiana, como puede verse en la foto de Mayo 2014, una macetita situada entre el Aloe vera y la Opuntia.
Se ha hecho algunos cambios, pero creo que habrá que modificar este rincón de cactus y suculentas, reorganizándolo todo, una tarea que es conveniente hacer en primavera o principios del verano.
Los Crisantemos (Chrysanthemum x morifolium) amarillos y rojos salieron después que los rosas y blancos que ya os mostré. Los podéis ver aquí : Crisantemos
Ahora están preciosos.
Están situados en unos grandes maceteros, uno a cada lado de la entrada del garaje. El hecho de que unos crezcan más que otros se debe a su situación, ya que un macetero, el de los crisantemos rosas y blancos recibe más sol que el otro, lo que demuestra que la ubicación de las plantas es esencial para su buen desarrollo.
En esta foto se aprecia perfectamente como los amarillos han crecido mucho más que los rojos, situados al fondo en la sombra y por tanto reciben menos horas de sol.
Cuando tenemos macetas pequeñas o de tamaño mediano existe la posibilidad de cambiarlas de sitio, o de girarlas de vez en cuando para que reciban más luz solar.
En el caso de las jardineras expuestas en un balcón o una ventana, eso no es posible y por otro lado también resulta difícil mover grandes contenedores por su peso, como es este caso.
En el caso de las jardineras expuestas en un balcón o una ventana, eso no es posible y por otro lado también resulta difícil mover grandes contenedores por su peso, como es este caso.
Pocas flores rojas de crisantemos he tenido esta temporada, pocas pero bien bonitas y por otro lado he tenido la ventaja de disfrutar de unos y de otros en distintos momentos.
Evidentemente las fotos son del año pasado, el que acabamos de dejar, pero con ellas quería transmitir la belleza de esos primeros rayos de sol del primer día de un nuevo año.
Un momento único e irrepetible.
El Madroño (Arbutus unedo) es un árbol muy especial, puede tener en sus ramas flores y frutos a la vez.
Y así debemos ver este nuevo año que empieza, con las ganas de poder alcanzar lo increíble.
Pensando que todo es posible, que basta con mirar y admirar toda la belleza que la naturaleza nos ofrece día a día para amarla y respetarla.
Un nuevo año que nos brinda la oportunidad de hacer un mundo mejor para todos.