Al visitar este Jardín de Cactus de Lanzarote lo primero que nos impresiona a todos son estos redondos y enormes cactus, con sus amenazadoras espinas, son Echinocactus.
El género Echinocactus, cuyo nombre deriva del latín “echinus” y que significa “erizo” pertenece a la familia de las Cactaceae, consta de seis especies y proviene de México.
Son plantas grandes, globosas y que tienen lana en el ápice.
En este Jardín de Cactus encontré dos especies.
Echinocactus grunosii
Este cactus es llamado Asiento de suegra, bola de oro o cactus erizo es nativo de México, desde San Luis Potosí hasta el Estado de Hidalgo y a pesar de ser uno de los cactus más populares, en estado salvaje está en peligro de extinción.
Presenta un aspecto globular de color verde brillante, con ápice aplanado y lanosidad amarilla.
Puede alcanzar hasta 1 metro de altura y vivir 100 años.
Costillas rectilíneas prominentes y delgadas y espinas radiales, las centrales fuertes y estriadas y de las areolas superiores, entre la lanosidad surgen las flores de unos 5 cms de diámetro con pétalos externos amarillentos y castaños por el interior.
Puede alcanzar hasta 1 metro de altura y vivir 100 años.
Costillas rectilíneas prominentes y delgadas y espinas radiales, las centrales fuertes y estriadas y de las areolas superiores, entre la lanosidad surgen las flores de unos 5 cms de diámetro con pétalos externos amarillentos y castaños por el interior.
A su lado se encontraba esta otra especie:
Echinocactus platyacanthus
También originario de México, de San Luis de Potosí, Puebla, Hidalgo, Nuevo León, Durango y que se conoce con el nombre común de Bisnaga o Biznaga. Está en la lista de especies protegidas de México desde el año 2001 debido a la disminución de especies en su hábitat.
Es de forma globosa y algo más columnar, tipo barril, verde amarillenta.
Las costillas varían en número con el tiempo, así como las espinas que cambian, siendo primero cortas, aplanadas y rojizas que con la edad van oscureciendo y se curvan formando una cruz.
Las costillas varían en número con el tiempo, así como las espinas que cambian, siendo primero cortas, aplanadas y rojizas que con la edad van oscureciendo y se curvan formando una cruz.
Tiene flores amarillas, numerosas, que emergen de la lana amarillenta del ápice.
Al observar los detalles podemos apreciar la diferencia entre ambas especies de Echinocactus.
Que bellos!!! Que tengas una buena semana Montse. Un abrazo
ResponderEliminarEs que son realmente espectaculares.
EliminarMil gracias, Doris y muchos besos ¡feliz semana!
Que pasada, no hace muchos días fotografié uno que tiene mi amiga, parecía una esfera de pinchos y empezaba a florecerle una flor amarilla preciosa.
ResponderEliminarComo siempre Montse, muy interesante tus comentarios.
Petons.
Me sigue asombrando que unas plantas llenas de pinchos puedan hacer unas flores tan y tan bonitas, es algo de los cactus que me encanta.
EliminarFeliz día, ya casi noche, preciosa.
Petonets!
Te veo en intimidad con los Cactus últimamente...
ResponderEliminarEstos son extraordinarios...qué belleza,amiga... y tú cada vez más cerca y más cerca... (ojo con las espinas,amiga!)...
MUY HERMOSOS!
ABRAZO GRANDE.
Sí, un poco más y me pincho la nariz, jaja!
EliminarMe gustan mucho los cactus, son unas plantas fascinantes, claro que a mí me gustan todas, pero lo que más me gusta, mucho más que las flores incluso, son los árboles ¡los adoro!
Un beso grande y feliz dia, querida Maritza.
Magníficas fotografías y el riesgo de pincharse era elevado desde luego, pero la tentación de traerte las imágenes y compartirlas lo compensa.
ResponderEliminarGracias y abrazos Montse
¡Ay, cómo me conoces, Pilar!
EliminarMil besos.
Lo del asiento de suegra me ha matado... Ya no puedo pensar en otra cosa XDDD
ResponderEliminarEs que el nombre tiene su gracia, para todos menos para las suegras!
EliminarBesitos.
Ese jardín es un auténtico paraíso.
ResponderEliminarTengo en mi terraza un Echinocactus grusonii que año a año se va transformando en una hermosísima bola y mantiene en mi memoria aquel lugar.
Saludos, Montse.
Pues debes de tener una terraza muy grande o de lo contrario, cuando crezca, no vas a poder pasar.
EliminarEs bonito eso de que te recuerde el lugar :)
Un abrazo, Javier!
Entran muchas ganas de ir con las fotos que pones.Un abrazo
ResponderEliminarTu ibas a disfurtar muchísimo allí, Juanjo!
EliminarDe verdad que es una isla preciosa y con estas especies que, vistas al natural, aún impresionan más.
Un abrazo.
Un taburete malicioso, jajaja
ResponderEliminarHola Montse¡¡¡ Saludos desde Toluca, México. Me da tanto agrada tanto que tengas gusto y afición por las cactaceas. Yo he ido haciendo una pequeña coleción de cactaceas y por el clima tan frío y lluvioso de la ciudad donde vivo es difícil de lograrlas, pero ahí vamos ellas y yo. Que gusto me da saber que en Barcelona hay alguien que cuida ejemplares originarios de mi país. Yo soy de la Ciudad y Estado de Puebla y algunas de las biznagas las he visto e su estado natural, pero, pues van desapareciendo, no sé si lo sabes, pero a los mexicanos nos gusta comerlas y eso ha mermado su numero. Te envío saludos y agradezco que las cuides.
ResponderEliminar