BUGANVILLA

La Buganvilla es mi arbusto preferido, no lo había mostrado antes esperando que su arraigo fuera definitivo porque es la tercera vez que intentaba tener este arbusto en mi jardín. Los anteriores, a pesar de estar resguardados del viento que tanto les afecta, no lograron sobrevivir en invierno, pero esta vez creo haberlo conseguido y este ejemplar tiene ya dos años.

Bougainvillea spectabilis Willd.

La Buganvilla es una trepadora típicamente mediterránea, sin embargo es originaria de los bosques tropicales de Brasil, Perú y sur de Argentina. Es de la familia Nyctaginaceae y consta de una treintena de especies descritas.

Louis Antoine de Bougainville, marino y explorador francés, la trajo a Europa desde Brasil y en su honor tiene el nombre botánico, pero comúnmente se conoce son nombres distintos dependiendo de los países. En España la llamamos buganvilla, en México y Chile buganvilia, Santa Rita en Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia. Veranera, trinitaria o papelillo en otros países de habla hispana.

Bougainvillea spectabilis Will, especie endémica de Brasil y conocida como Santa Rita, fue descrita por el botánico Carl Ludwig Willdenow, es una de las especies más extendidas en jardinería.

Es un arbusto perenne o caducifolio, espinoso y muy ramificado de rápido crecimiento y que puede llegar a alcanzar los 10 metros de altura. Curiosamente es un arbusto trepador que no tiene zarcillos, simplemente se apoya en una pared, valla o verja.

Hojas elípticas de base estrecha y ápice agudo, glabras o pubescentes.

Flores pequeñas de color amarillo envueltas en brácteas de colores llamativos y se son las que hacen de esta planta su espectacularidad, que van desde rojo, violeta, rosa, fucsia, naranja y blanco. Florece desde la primavera hasta el otoño.

Se planta a pleno sol  en climas cálidos y contra un muro por donde puedan trepar. Conviene protegerla del frío del invierno y del aire, por lo que en climas más fríos es mejor tenerla en contenedor para poder llevarla al interior en invierno.

Necesita suelos ricos, abonados frecuentes y buen drenaje.

Requieren riego regular, más abundante durante su crecimiento y en invierno prácticamente sin riego. En primavera y verano, pulverizar sin llegar a las flores que pueden caer con facilidad.


Conviene controlar el crecimiento mediante la poda en invierno, de formación cortando las ramas demasiado largas y para favorecer su siguiente floración.


Se multiplica por acodo y por esquejes.