ALCAPARRO

 

Foto tomada con el móvil

Capparis spinosa, L. subsp.rupestris

El género Capparis lo componen unas 650 especies de plantas con flores, rastreras o arbustos de las cuales solo 225 están aceptadas, pertenecientes a la familia Capparaceae y nativas principalmente de la región mediterránea.

Capparis spinosa, L. es un arbusto muy conocido por sus capullos comestibles, las alcaparras, que se distribuye por zonas mediterráneas y se extiende hasta las zonas áridas de Asia y África, en taludes y laderas soleadas en terrenos calizos, salinos o yesosos.

La variedad Capparis spinosa, L. subsp.rupestris se diferencia de la variedad subsp.spinosa por no tener espinas y el mucrón de las hojas más visible, es muy habitual en las islas mediterráneas, vive en paredes y murallas antiguas de las ciudades y acantilados litorales, en las grietas de las rocas.

Su nombre de género viene del griego que indica la planta y fruto y el epíteto “spinosa” del latín que significa que tiene espinas. Comúnmente se conoce, además de alcaparra o alcaparro, con distintos nombres muy similares y capria, melón mierga, tapana, tapanera.

Foto tomada con el móvil

Es un arbusto semileñoso, de ramas erguidas con tendencia a postrarse a ras del suelo, que puede llegar a los 50 cms de altura. Sus ramas tienen afiladas estípulas, como espinas, que dificultan la labor de recolectar las alcaparras.

Hojas alternas y simples, enteras, pecioladas y redondeadas.

Flores axilares, de pétalos blancos y rosados y largos estambres muy numerosos con anteras de color violeta muy llamativas. Florece en verano.

Las alcaparras y los alcaparrones con pequeños botones de flores cerrados, son como aceitunas aunque con un tamaño bastante inferior y un contenido calórico mucho más bajo. Se consumen saladas o encurtidas en vinagre como aperitivo o aderezo en ensaladas, platos de pasta y pizzas. Es un ingrediente en algunas salsas, como la salsa tártara, el ajiaco de Colombia o  hallaca de Venezuela y en preparados como la tapenade en Francia o el vitel toné de Argentina.

Se cultiva desde muy antiguo, tanto como alimento como por sus propiedades medicinales, como hepatoprotectoras, antihemorroidales, diuréticas, antianémicas, antiespasmódicas, digestivas y antireumáticas. También son depurativos, vasoconstrictores, astringentes y expectorantes.