Echium vulgare, L.
Echium es un género que comprende unas 60
especies de la familia de las Boraginaceae, que pueden encontrarse en la zona
occidental de Asia, norte y sur de África, Europa, Madeira y en las islas
Canarias en donde, además, existen 24 especies endémicas.
Su nombre deriva del griego “ekios” o víbora, por la forma que presentan los pistilos, semejantes a la lengua de una víbora y la forma enroscada de los ramilletes florales como el cuerpo de una serpiente, así a este género se le conoce popularmente como viborera.
Echium vulgare L., es la más conocida de las especies de este género y se la conoce también como hierba azul, por su color, así como chupamieles, lengua de vaca, lengua de buey o llengua de bou (en catalán).
Es una herbácea bienal, que forma una roseta basal en el primer año y los tallos en el segundo, pudiendo alcanzar unos 90 cms de altura.
Hojas lanceoladas, alternas, con nervio longitudinal desde la base, ásperas y pubescentes.
Flores agrupadas en cimas escorpidoides,
formando panículas. Cáliz con cinco sépalos soldados en la base. Corola azul
violácea, a menudo teñida de color púrpura en la base, en forma de tubo que se
ensancha gradualmente en la zona superior, dividida en cinco lóbulos desiguales. Tiene un pistilo y cinco estambres de largos
filamentos que sobrepasan la corola y sobresalen de ella. Florece desde
principios del invierno.
Frutos en núculas en grupos de cuatro, presentan pequeños tubérculos con una cabeza que se asemeja a la de una víbora.
Tiene propiedades medicinales como diurética, depurativa y expectorante, similares a las de la borraja, aunque está considerada ligeramente tóxica por contener un alcaloide llamado equiína.
Tiene aplicaciones cosméticas como emoliente de su jugo, sus flores se usan como cataplasmas para curar afecciones de la piel y de su raíz se extrae un colorante para los tejidos de color rojo.
Se extiende por toda Europa, en ribazos, terraplenes y terrenos baldíos, preferentemente en terrenos secos y calcáreos.
Esta no me ha gustado mucho. Parece a una que me sale a mi que tiene pinchas y la odio a muerte, porque siempre se me olvida, la agarro y no veas el gustirrini que me da, ja ja ja.
ResponderEliminarFeliz semana y un abrazo.
Precioso el colorido que le dan a los campos estas viboreras
ResponderEliminarPor mi zona pueden verse grandes matas de ese color y desde lejos son una preciosidad.
EliminarMil besos, Joaquín.
Tienen un color hermoso, que me inclinan a recordar un conocido club de fútbol en horas bajas. ;)
ResponderEliminarPetons.
¡Oh, no entiendo nada de fútbol, jeje!
EliminarPetonets, Alfred.
Bonitas fotos y estupenda información Montse.
ResponderEliminarUn abrazo
Me alegra que te guste, Fernando.
EliminarMuchos besos.
Es precioso, una silvestre que me gusta mucho. Besos.
ResponderEliminar¡A mi también me gusta mucho esta planta!
EliminarMuchos besitos, querida Teresa.
Que bonita es .El contraste de colores es precioso Montse.
ResponderEliminarBuen junio.
Un abrazo.
Esta planta tiene un color espectacular y más vista así de cerca.
EliminarMuchos besos, Laura.