La madreselva cerecillo (Lonicera xylosteum, L.) después de la floración da unos frutos rojos, unas bayas pequeñas y globosas similares a las cerezas, pero que no son comestibles pues son tóxicas.
Estas bayas están unidas a la base, e incluso entre sí, contienen las semillas ovoides, comprimidas y de color pardo amarillento.
El nombre botánico de esta madreselva, xylosteum, hace referencia precisamente a la sustancia llamada xilosteína que contienen sus frutos.
Serán tóxicas, pero tienen un aspecto que apetece comérselas (nooooo). Besos
ResponderEliminarUnas fotos sensacionales que ilustran el magnífico comentario.
ResponderEliminarUn saludo
Qué frutos tan vistosos!!! Son como joyas!!!
ResponderEliminarTus fotos son delicioso manjar visual, Montse.
ResponderEliminarDan ganas de darles un buen mordisco a esas bayas del color de los rubíes.
Un saludo con alegría desde Sevilla.
Preciosas fotos!!! No tenía ni idea de que la madreselva hace estos frutillos. Que tengas un buen fin de semana Montse. Un abrazo
ResponderEliminarElvira, eso mismo pienso yo, si no fuera porque son tóxicas ya me las habría comido, jaja.
ResponderEliminarMil besos domingueros ;)
Hola Antonio, me alegro mucho que te gusten las fotografías y los comentarios.
ResponderEliminarUn abrazo!!
María, no la había pensado pero sí que parecen joyas ¡qué graciosa observación!
ResponderEliminarUn beso enorme :)
Tú lo has dicho, Enrique, un manjar visual exclusivamente, porque son tóxicas estas joyitas!
ResponderEliminarGracias por tu alegre saludo.
Un besito.
Doris, es esta variedad de madreselva la que hace estos curiosos frutos rojos, por eso la llaman "cerecillo".
ResponderEliminarUn besito, guapa.
Pues qué pena que no sean comestibles, ya que tienen muy buena pinta aparentemente, jejejeje
ResponderEliminarSí, parecen cerezas muy apetecibles.
ResponderEliminarBesitos, Pixel.