ESPIGUILLA
Hordeum murinum L.
El género Hordeum, comprende unas 25 o 30 especies distribuídas en todas las zonas templadas del mundo y perteneciente a la familia de las Poaceae (Gramíneas).
Hordeum vulgare o Hordeum disrichum es la cebada, un cereal muy cultivado en todo el mundo destinado al consumo tanto humano como animal.
Hordeum murinum L. es conocida popularmente como Espiguilla, Cebada bastarda, Cebadilla, Cebadilla ratonera o Cola de ratón y se distribuye por toda Europa y el norte de África.
Es una herbácea gramínea anual, con tallos ascendentes de unos 50 cms de altura.
Hojas aplanadas, glabras y ligeramente pubescentes con vainas superiores algo más anchas que las inferiores.
La inflorescencia es una espiga, comprimida y oblonga, que aparece al final del tallo, en solitario. El raquis, que es la estructura lineal que forma la espiga, es peloso en los márgenes, las glumas (vainas externas) lanceoladas y ciliadas.
Puede encontrarse en campos baldíos, cunetas y zonas alteradas, en suelos secos o poco húmedos.
Como curiosidad esta espiguilla, por la orientación de las aristas de sus espículas, hace que se enganche a la ropa o al pelo de los animales.
Seguro que muchos de nosotros recordamos haber jugado con ellas. Mi hermana y yo, de niñas, nos las lanzábamos la una a la otra y nos divertía que se nos quedaran pegadas.
Seguro que muchos de nosotros recordamos haber jugado con ellas. Mi hermana y yo, de niñas, nos las lanzábamos la una a la otra y nos divertía que se nos quedaran pegadas.
16 comments
¡Hay, la espiguilla! cuando leía donde se encuentra, pensaba: y en los calcetines y en las camisetas y para más fastidio en el forrillo de las deportivas pinchándote los tobillos je je... ya veo que tu también tienes recuerdos "pinchudos" de la infancia.
ResponderEliminarPero cuanto rellena donde crece y que sensación tan "silvestre"
Besicos airosos desde aquí
Rosa
Belleza de fractal en las espículas
ResponderEliminarque salta en sus aristas y se pega
en juegos de la infancia en el recuerdo.
Montse por aquí también es muy común, siempre se ve en los campos o a la orilla del camino y no se si la confundía con la cebada de la que hacen la cerveza, ademas tiene un cierto parecido al trigo, buenos recuerdos me trae, un abrazo.
ResponderEliminaro: no conocia como era la cebada :(
ResponderEliminartronadores para ti guapa!
Hola Montse, a mi me recuerda cuando en la infancia cogía flores silvestre y siempre completaba con la espiguilla para hacer el ramo. Muy bucólico ja ja Un abrazo
ResponderEliminarAh, me encanta que me digas su nombre, no tenía ni idea. Besos!!
ResponderEliminarSeguro, segurissimo que me recurdo de mucho haber jugado con ellas, pegandolas a mis conpañeros de juego.
ResponderEliminarEsta quedara siempre em las mejores memorias de mi juventud. (gracias por traerme recuerdos felices)
Un abrazo.
La cebadilla de ratón siempre despierta sensaciones contrapuestas. Es tan familiar como insidiosa. Se nos quedó enganchada al recuerdo desde aquellas lejanas vestimentas de nuestra infancia.
ResponderEliminarBonitas fotos, Montse.
Saludos.
Rosa, esta es una de las silvestres que más hemos visto o vemos, tan sencilla y la de juegos y alegrías que nos ha dado en la infancia.
ResponderEliminarA mí siempre me recuerda aquellos tiempos!
Un beso enorme, preciosa!
Sí, Enric, se pega en la memoria lo mismo que en la ropa, sólo que en la memoria perdura.
ResponderEliminar¡Ay, quién volviera a aquellos tiempos!, inocentes y felices...
Muchos besos, poeta.
Marisol, es que es una cebada silvestre, es del mismo género y una gramínea como todos los cereales.
ResponderEliminarCreo que la cerveza, además de cebada, lleva malta ¡y lo riquísima que está!
Mil besos, guapa.
Bueno, Kato, la cebada que consumimos es la cultivada y esta es silvestre, pero en definitiva viene a ser lo mismo.
ResponderEliminarBesitos de los tuyos, jeje..
¡Sí, Doris, yo también! igual que la espiguita que suele acompañar a la rosa de Sant Jordi, aunque creo que esa es de trigo.
ResponderEliminarYa te veo con el ramito, saltando y cantando por el campo.
Besitos.
Elvira, pues yo creía que la había visto en tu blog en alguna ocasión ¡me habré confundido!
ResponderEliminarBesitos, preciosa.
Amigo Fernando, me alegro mucho que esta espiguilla te haya evocado tan gratos recuerdos.
ResponderEliminarCreo que a todos nos ha recordado la infancia ¡ese tiempo mágico de la vida!
Un fuerte abrazo.
Tienes razón, Javier, hace un doble juego en nuestra mente y se atreve a hacernos recordar una de las mejores etapas de nuestra vida.
ResponderEliminarEstas espiguillas son traviesas como los ratoncitos!
Muchos besos ;D
Bienvenid@ a Botanic Serrat
y muchas gracias por dejar tu comentario.