Vuelvo a hablaros de este arbusto, el Cotoneaster franchetii, ampliando la información, dado que en estas fechas presenta una gran belleza con sus frutos rojos que además sirven de alimento a ciertas aves fructíferas que abundan por la zona.
Cotoneaster franchetii
Es un arbusto perenne perteneciente a la familia de las Rosaceae y originario del sudoeste de China, Birmania y norte de Tailandia.
El nombre procede del latín “cotoneus” que significa membrillo y del
sufijo “aster” imperfecto, aludiendo al parecido de las hojas de algunas
especies con las del membrillo.
La mayoría de las especies de Cotoneaster son arbustos que pueden medir de 0,5
a 5 metros variando sus portes, desde las plantas de tallos rastreros, como el Cotoneaster horizontalis , a las plantas de
gran tamaño que trepan como arbustos.
Arbusto ornamental, de mediana altura, de numerosas ramas extendidas y arqueadas y follaje semi-persistente.
Tiene ramificaciones arqueadas perennifolias, con hojas anchas de color verde oscuro por la haz, con una pelusa gris clara en el envés.
Flores pequeñas pentapétalas, blancas o levemente rosadas, en corimbo.
Frutos en forma de pomo de 6-9 mm de diámetro de color rojizo, ovoides, pequeños y brillantes y que sirven de alimento a las aves fructíferas.
Se trata de una planta de gran valor ornamental, tanto por su atractiva floración como por su fructificación de color rojo y que se emplea como seto informal o como ejemplar aislado.
Prefiere suelos fértiles arcillosos-silíceos aunque soporta bien las tendencias calizas.
Muy resistente al frío, necesita suelos bien drenados y exposición de sol o semisombra. También una poda en otoño y abono en primavera.
Se multiplica por esquejes.