El tomillo (Thymus vulgaris, L.) es esa
planta culinária, medicinal y aromática tan mediterránea, cuyo nombre Tymus del
griego significa perfumar, era una planta considerada sagrada desde muy
antiguo.
Vamos a conocer
algo sobre su historia y algunos de sus mitos y leyendas:
Culturas antiguas
consideraban al tomillo como planta sagrada por sus importantes beneficios, no
solo físicos, sino también emocionales, pues se decía que aportaba fuerza y
serenidad.
Los egipcios conocían
su poder antiséptico, lo denominaban “tham” y lo utilizaban como remedio para
las dolencias respiratorias, pero también para embalsamar en los procesos de
momificación pues ayuda a su conservación, pero además porque pensaban que el
tomillo aportaba fortaleza y guía para que el espíritu del difunto pudiera
encontrar el camino a la otra vida y tuviera la fuerza y templanza necesaria
para seguirlo.
Los griegos contaban con varias leyendas sobre el origen del tomillo,
siendo la más destacada la de que fueron las lágrimas de la bella Helena de
Troya que al caer al suelo hicieron brotar la primera mata de tomillo. Decían
que el tomillo aumentaba la temeridad y fortaleza, por eso sus guerreros solían
llevar en la coraza un ramillete de tomillo. Además utilizaban tomillo en sus
baños para perfumarlos o lo quemaban como incienso en sus templos como
purificador de aire y desinfectante.
Esta creencia y uso lo heredaron los romanos, quienes
antes de la batalla quemaban tomillo y bebían la decocción de esta planta para
aumentar la fuerza y gallardía de sus soldados. Lo introdujeron en la cocina,
perfumando vinos y como condimento en sopas, carnes y salsas y lo expandieron
por Europa.
En la cultura Celta el tomillo también era una de sus planta sagradas, en todos los rituales se solían quemar ramilletes de tomillo para purificar el ambiente antes de las ceremonias. En estas culturas y todavía hoy en Irlanda y Escocia, a la infusión de tomillo se la llama la "infusión de las hadas" y se dice que si tomas esta infusión y te quedas a dormir en los bosques especiales donde habitan las hadas y los duendes, tendrás sueños en los que podrás verlos y si necesitas respuestas, estos seres te las darán a través de los sueños.
En la cultura Celta el tomillo también era una de sus planta sagradas, en todos los rituales se solían quemar ramilletes de tomillo para purificar el ambiente antes de las ceremonias. En estas culturas y todavía hoy en Irlanda y Escocia, a la infusión de tomillo se la llama la "infusión de las hadas" y se dice que si tomas esta infusión y te quedas a dormir en los bosques especiales donde habitan las hadas y los duendes, tendrás sueños en los que podrás verlos y si necesitas respuestas, estos seres te las darán a través de los sueños.
En la Edad Media, las mujeres a
menudo daban a sus caballeros y a los combatientes ofrendas con ramas de
tomillo que ponían en sus ropajes coronadas por una abeja para recordarles que
su aguijón representaba su valentía y coraje mientras que el tomillo era
símbolo de humanidad y clemencia. También se usaba en los funerales y se ponía
en el ataúd del difunto para darle fortaleza y guía en su paso a la otra vida y
lo perfumaba.