Cuando el otoño parece que pinta de ocres el jardín aparece el Cerato (Ceratostigma plumbaginoides) para dar una pincelada de azul intenso y recordarnos que todo sigue, que el otoño no es el final del verano lleno de melancolía y hojas secas, es una preparación para afrontar el invierno y dar paso a una nueva primavera, un nuevo comienzo.
Hoy os traigo esta preciosa y otoñal planta tapizante, de la que hacía tiempo que no os hablaba, conocida popularmente como Cerato o Falso plumbago, ampliando información.
Originaria de China e introducida en Europa a finales del siglo XIX, florece a principios de otoño y es ideal para rocallas, cubrir muros y como cubresuelos.
Es una planta perenne, herbácea subleñosa y rizomatosa de porte bajo y tallos delgados de color rojizo, que brotan de rizomas muy ramificados.
Tiene las hojas alternas, ovadas o abovadas, de margen entero y ápice acuminado. Las hojas se vuelven de un color rojizo durante el invierno.
Inflorescencias terminales o axilares, con brácteas de lanceoladas a oblongas. Flores heterostilas con el cáliz más largo que las brácteas, largo y tubuloso, corola con cinco lóbulos extendidos de color azul intenso o azul purpúreo y androceo con cinco estambres de anteras lineares azules.
Se planta a pleno sol, en suelos bien drenados y no necesita riego excesivo, siendo muy apropiada para un xerojardín. Tolera el invierno, siempre que no sean demasiado fríos o con heladas.